¿Cómo vives tu vida, amando o siendo egoísta con los demás?

Durante la homilía de éste domingo en la Catedral Metropolitana, el arzobispo de León, Jaime Calderón Calderón, aseguró que una persona que se va realizando tiene dos formas de vivir una amando y otra siendo egoístas y cuestionó cuál de las dos formas es como vive cada uno en la población.
Explicó que también existen dos tipos de seres humanos: las personas y los individuos: las personas son las que maduran en el amor a Dios y los individuos, aquellos que no trascienden su vida más que para sí mismos, así sean seres humanos titulados y estudiados.
“No es fácil llegar a la madurez humana, menos cristiana, la inmensa mayoría, más del 70 por ciento quedan con profundas inmadureces en la vida, cuando la vida cristiana es cuestión de amor, por ello la frase del Salmo, que dice: Te alabaré señor eternamente”, destacó.
El arzobispo Jaime Calderón, especificó que el Señor Jesús quiere confirmar en su amor a sus discípulos que lo siguen y no lo traicionan a pesar de los miedos y temores.
“A veces vamos cargando en la vida odios, rencores, resentimientos y envidias y en lugar de poner el ungüento del perdón y la misericordia de Dios, vamos ahondando el dolor y el sufrimiento en más odio y en más resentimiento cuando el Señor nos pone el camino de la sanación.
Es de nuevo sanarse en el amor de Dios, y recordamos en el momento cuando le pregunta al apóstol Pedro varias veces si lo ama, y reconoció con fuerza su misión que es donde viene la conexión para ir y dar testimonio”, señaló.
Reflexionó ante la feligresía que de cierta manera todos estamos representados en esta escena, porque no es solo el apóstol Pedro quien niega al Señor, sino todo en general porque nuestras vidas no siempre son la transparencia de la confesión de Jesucristo, muerto y resucitado porque cuando realmente se da, la vida cambia al experimentar el amor de Dios.
Finalizó al decir que para poder intervenir en la vida de los demás, se requiere primero experimentar el amor de Dios porque el amor sana, libera y da testimonio para dar el perdón con obras y palabras.
“Cuando se experimenta realmente el sentido de la resurrección y el gozo en nuestras vidas, es una responsabilidad el dar testimonio ante el mundo para que crea, porque si el mundo, los jóvenes, los niños no creen, es porque en nosotros no están viendo las huellas de la muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo, por ello es importante dar testimonio”, sostuvo.